Discusión sobre este post

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Avatar de Molinos

Te aplaudo con fuerza. No estás sola en tu cinismo, yo también soy la cínica de la charla motivacional y todas esas mierdas. No sé puede cambiar todo y exigir a la gente que se tome los problemas del sistema, la precariedad, la falta de tiempo, etc de otro modo es cruel porque no se puede.

Y a mi tampoco me salen cosas luminosas últimamente.... y paso de exigirmelo

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Avatar de Estela

Gran artículo, Amaya. Hace falta que todo esto se recuerde de vez en cuando <3

Creo que vivimos una gran confusión entre distintos grados de ser, uno eminentemente existencial y otro más profundo. Creo que gran parte de el empeño de, voy a llamarla, "el grueso de la autoayuda" es eliminar esta frontera, que como dices tú... pues ojalá. En el plano más existencial tenemos, entre otras cosas, las condiciones materiales que nos son propias, y no siempre fáciles de cambiar. Pretender que depende de nosotres este cambio es atribuirnos una capacidad que puede volverse dolorosamente en nuestra contra, pues como ejemplificas muy bien con la historia de F. no siempre podemos gobernar este rumbo de la vida que puede llevarnos por derroteros muy crueles; y si la elección estaba en nuestra mano, el daño nos lo estaríamos infringiendo nosotras mismas. Qué discurso tan poco agraciado, en realidad. Ni siquiera creo que fuera lo que pretendiera Frankl. Pero también veo cómo desde estas esferas se remiten una y otra vez a los estoicos, malinterpretando su mensaje claro. Frankl vivió el infierno, Epicteto fue esclavo, y ninguno de los dos lanzó el mensaje de que aquel plano existencial que atravesaron fuera un camino de rosas que pudieran cambiar o sortear con sólo desearlo. El mensaje es otro: hay un plano que no controlamos y que puede llenarse de horror, pero hay otro más profundo que, cuando entramos en crisis existenciales o de sentido, puede devolvérnoslo porque no todo acaba ahí, en ese momento.

Ese plano ontológico, profundo de nuestro ser o existencia, es un espacio con el que si logramos conectar, siempre nos podrá aportar serenidad. Pues está ahí, imperturbable a los vaivenes existenciales. Se trata de un sentido que radica en la propia vida o existencia, en la conciencia de que no tenemos que tratar de controlarlo todo o responsabilizarnos de todo, como precisamente se hace desde estos ámbitos. Pues quizá no podamos cambiar nuestra situación de vulnerabilidad material, pero esta situación tampoco cambiará el hecho de que mañana volverá a salir el sol, de que los árboles seguirán creciendo verticales, de que los animales seguirán agrupándose en sus manadas, etc. Es un plano en el que estamos y en el que a veces dejamos de reconocernos, y que nos recuerda que hay algo más allá de la desidia que podemos aprehender, que podemos encarnar pero no poseer, algo con lo que podemos rompernos y reconstruirnos, con lo que podemos fluir pero no tener. No tenemos el control ni las respuestas, pero sí participamos de cierta "magia" que, paradójicamente, compartimos en unidad y desdeñamos por medio de un profundo individualismo. Y en ella reconocemos un mal existencial aunque no un mal originario, y nos da herramientas para construirnos existencialmente, en este plano en el que nos desarrollamos, con la misma materia que habita en lo profundo de nuestro ser y que nos aúna. Sin anularnos mientras nos dicen que todo depende de nuestra actitud, sino tomando consciencia de lo que sí está bajo nuestro control y lo que no.

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