Genial el artículo Amaya. Y añadido el podcast a mi lista de escuchas. La actitud no lo es todo, o solamente desde una situación de necesidades básicas cubiertas y depende de tu situación personal. Tuve mi época de libros de autoayuda pero lo deja. Hay demasiada gente vendiéndote ahora cosas que no llevan a nada. Y la frase que menciona de Noemí, muy cierta.
Optimista si, quizás si. Pero si creo que todo inicia por nosotros. No creo que nadie cambie, pero sí creo que transformamos poco a poco quiénes somos, y la velocidad dependerá de muchos factores que hacen parte de nuestro contexto de vida. Lo más difícil siempre será tomar decisiones autoenfocadas por nuestro propio bienestar, y si, también creo que la motivación sin sentido muchas veces perjudica más de lo que ayuda. Gracias, me hiciste pensar en historias por contar.
Gracias, Amaya por todo lo que escribes! Hace tiempo leí ese libro de Victor Frankl, da mucho que pensar, sí. Es verdad que no todo el mundo que pasó por los campos de concentración fue como Frankl. Prefiero pensar que sólo hubo un Frankl en el mundo, y que sólo hay una Amaya o una Pilu. Y no por egocentrismo, sino porque a nadie se le pide ser otro que no sea él/ella.
Me gusta (o me ayuda) la idea de darle un sentido a lo que nos pasa. A cada uno lo que le pasa, no en general. Me ayuda saber que hay cosas que me pasan que efectivamente no dependen de mí, pero el cómo afrontarlas sí. Eso es lo que algunos llaman libertad interior. Que no tiene nada que ver, por supuesto, con la ausencia de sufrimiento con hechos que nos pasan. Con hechos que dices: joder, qué mala suerte, joder por qué a mí?
Pero sí que creo (y así lo experimento) que estamos hechos para amar y ser amados. Así de sencillo, y así de complicado. Y por eso todo, tiene un sentido.
Puede que no hubiera muchos Frankl en los campos de concentración (tampoco tendremos nunca los datos que puedan confirmarlo), pero sí hubo personas, con nombre y apellido, que eligieron amar. Seguramente de los dos bandos. Hay nombres, hay libros y películas que lo cuentan. Hay hechos... y hay vidas. Yo no estuve allí, pero lo veo en mucha gente que me topo por la vida.
Te recomiendo un libro "Cuando el mundo gira enamorado", es como otra mirada a la vida de Victor Frankl.
Sobre el debate genética-influencias ambientales ... es complicado, pero es casi spr ambas, más la aleatoriedad del desarrollo, en distintos grados, y su interacción.
Es una cuestión de respuesta conductual y cognitiva al problema, si en problema no tiene solución probable, lo emocionalmente decidible y que menos deteriora , es aceptar la situación.
Viajo a nuestra querida Pamplona en breve, buscando soluciones, por suerte!
Te aplaudo en pie, Amaya. A ti la carta te habrá parecido dispersa, pero a mí me ha parecido brillante. La vida nos condiciona tanto que decir que todo está en nuestra mano es pueril y desmotivador. Así se nos mantiene con la cabeza gacha, tratando siempre de alcanzar un imposible. Cambiar el sistema suena demasiado bien.
Yo pienso un poco como tú. Y cómo o ejemplo: la pandemia. Seguro que muchos individuos (entre los que quiero encontrarme), supimos encontrar aprendizajes y salimos siendo mejor personas de esta terrible situación… pero no hay más que echar una mirada alrededor para darse cuenta de que mucha de aquella solidaridad y empatía, se fue con las mascarillas.
Cómo nos tomamos las cosas influye en la manera en la que vemos el mundo, y por ello, en lo que nos pasa…pero hay tantas veces en las que por mucho que queramos no tenemos ningún poder sobre lo que nos pasa, que me parece muy simplista verlo así.
Leí tu libro y es perfecto cuando estás buscando tener hijos, y cuando ya los tienes.
Leí El hombre en busca de sentido en diciembre y entiendo tu punto de vista. Y entiendo el suyo, porque desde mis fobias y estados depresivos por mi posparto, ansiedad y trastorno disfórico premenstrual, cada vez veo más claro que sólo queda la responsabilidad de aplicar la gratitud por las pequeñas cosas de la vida: como hacía él mientras cavaba en la zanja y le golpeaba el hombre de las SS, admirar el cielo y sus colores y recordar a su esposa, fascinarse con la luna llena que resplandece, sonreír al mirar a la familia que tenemos, que elegimos, que nos quiere y está con nosotros, pensar en los seres queridos. Agradecer los días que la efímera vida nos regala. Somos responsables de la actitud con la que afrontamos los problemas. Nadie puede ser feliz por nosotros. Quizá estos gurús quieren transmitir eso. Nadie, sólo nosotros mismos, podemos querernos. Y si no lo conseguimos, a terapia, claro, porque el ciclo menstrual afecta tanto que entramos en depresión semana y media de cada mes y nada de esto que he dicho nos funciona ¡Qué rollo ser mujer, a veces...!
Gracias Amaya!! Has sido muy certera y clarividente. El mundo está lleno de charlatanes y egoístas. Eres luminosa en todo lo que cuentas porque me identifico y ya no me siento tan sola
Gran artículo, Amaya. Hace falta que todo esto se recuerde de vez en cuando <3
Creo que vivimos una gran confusión entre distintos grados de ser, uno eminentemente existencial y otro más profundo. Creo que gran parte de el empeño de, voy a llamarla, "el grueso de la autoayuda" es eliminar esta frontera, que como dices tú... pues ojalá. En el plano más existencial tenemos, entre otras cosas, las condiciones materiales que nos son propias, y no siempre fáciles de cambiar. Pretender que depende de nosotres este cambio es atribuirnos una capacidad que puede volverse dolorosamente en nuestra contra, pues como ejemplificas muy bien con la historia de F. no siempre podemos gobernar este rumbo de la vida que puede llevarnos por derroteros muy crueles; y si la elección estaba en nuestra mano, el daño nos lo estaríamos infringiendo nosotras mismas. Qué discurso tan poco agraciado, en realidad. Ni siquiera creo que fuera lo que pretendiera Frankl. Pero también veo cómo desde estas esferas se remiten una y otra vez a los estoicos, malinterpretando su mensaje claro. Frankl vivió el infierno, Epicteto fue esclavo, y ninguno de los dos lanzó el mensaje de que aquel plano existencial que atravesaron fuera un camino de rosas que pudieran cambiar o sortear con sólo desearlo. El mensaje es otro: hay un plano que no controlamos y que puede llenarse de horror, pero hay otro más profundo que, cuando entramos en crisis existenciales o de sentido, puede devolvérnoslo porque no todo acaba ahí, en ese momento.
Ese plano ontológico, profundo de nuestro ser o existencia, es un espacio con el que si logramos conectar, siempre nos podrá aportar serenidad. Pues está ahí, imperturbable a los vaivenes existenciales. Se trata de un sentido que radica en la propia vida o existencia, en la conciencia de que no tenemos que tratar de controlarlo todo o responsabilizarnos de todo, como precisamente se hace desde estos ámbitos. Pues quizá no podamos cambiar nuestra situación de vulnerabilidad material, pero esta situación tampoco cambiará el hecho de que mañana volverá a salir el sol, de que los árboles seguirán creciendo verticales, de que los animales seguirán agrupándose en sus manadas, etc. Es un plano en el que estamos y en el que a veces dejamos de reconocernos, y que nos recuerda que hay algo más allá de la desidia que podemos aprehender, que podemos encarnar pero no poseer, algo con lo que podemos rompernos y reconstruirnos, con lo que podemos fluir pero no tener. No tenemos el control ni las respuestas, pero sí participamos de cierta "magia" que, paradójicamente, compartimos en unidad y desdeñamos por medio de un profundo individualismo. Y en ella reconocemos un mal existencial aunque no un mal originario, y nos da herramientas para construirnos existencialmente, en este plano en el que nos desarrollamos, con la misma materia que habita en lo profundo de nuestro ser y que nos aúna. Sin anularnos mientras nos dicen que todo depende de nuestra actitud, sino tomando consciencia de lo que sí está bajo nuestro control y lo que no.
Yo también soy un poco cínica,porque a veces estas personas me hablan en una zona de confort que yo no tengo y sé que existe. A veces una se cansa de estar luchando todo el tiempo y lo único que desea es que le lleve un ratito la marea. Y sola, sin gente que le diga que nade
Hace un tiempo tenía una relación de amor-odio con ese tipo de contenido, pensaba que era muy agorera al no terminar de creérmelo. Ahora pienso que es una industria muy rentable en la crisis de salud mental que llevamos viviendo en los últimos años: se venden libros, tazas con frases...
El punto de inflexión para dejar de hacer caso a esos "mantras" fue la depresión de un antiguo compañero de trabajo. Se encontraba mal de ánimos, sin entender el motivo. Su médico le dijo que se lo tenía que tomar con más calma y le recomendó hacer yoga, respiraciones y cosas así, sin derivarlo a la unidad de salud mental. En menos de un mes se suicidó.
Cada vez que alguien me viene con la zona de confort (como si fuera malo tenerla), la actitud y todo el pack de vendehumos, pienso en la mujer y los hijos de mi compañero, y en lo solo que se tuvo que sentir para hacer lo que hizo.
Genial el artículo Amaya. Y añadido el podcast a mi lista de escuchas. La actitud no lo es todo, o solamente desde una situación de necesidades básicas cubiertas y depende de tu situación personal. Tuve mi época de libros de autoayuda pero lo deja. Hay demasiada gente vendiéndote ahora cosas que no llevan a nada. Y la frase que menciona de Noemí, muy cierta.
Optimista si, quizás si. Pero si creo que todo inicia por nosotros. No creo que nadie cambie, pero sí creo que transformamos poco a poco quiénes somos, y la velocidad dependerá de muchos factores que hacen parte de nuestro contexto de vida. Lo más difícil siempre será tomar decisiones autoenfocadas por nuestro propio bienestar, y si, también creo que la motivación sin sentido muchas veces perjudica más de lo que ayuda. Gracias, me hiciste pensar en historias por contar.
Gracias, Amaya por todo lo que escribes! Hace tiempo leí ese libro de Victor Frankl, da mucho que pensar, sí. Es verdad que no todo el mundo que pasó por los campos de concentración fue como Frankl. Prefiero pensar que sólo hubo un Frankl en el mundo, y que sólo hay una Amaya o una Pilu. Y no por egocentrismo, sino porque a nadie se le pide ser otro que no sea él/ella.
Me gusta (o me ayuda) la idea de darle un sentido a lo que nos pasa. A cada uno lo que le pasa, no en general. Me ayuda saber que hay cosas que me pasan que efectivamente no dependen de mí, pero el cómo afrontarlas sí. Eso es lo que algunos llaman libertad interior. Que no tiene nada que ver, por supuesto, con la ausencia de sufrimiento con hechos que nos pasan. Con hechos que dices: joder, qué mala suerte, joder por qué a mí?
Pero sí que creo (y así lo experimento) que estamos hechos para amar y ser amados. Así de sencillo, y así de complicado. Y por eso todo, tiene un sentido.
Puede que no hubiera muchos Frankl en los campos de concentración (tampoco tendremos nunca los datos que puedan confirmarlo), pero sí hubo personas, con nombre y apellido, que eligieron amar. Seguramente de los dos bandos. Hay nombres, hay libros y películas que lo cuentan. Hay hechos... y hay vidas. Yo no estuve allí, pero lo veo en mucha gente que me topo por la vida.
Te recomiendo un libro "Cuando el mundo gira enamorado", es como otra mirada a la vida de Victor Frankl.
Me encanta leerte! :)
Sobre el debate genética-influencias ambientales ... es complicado, pero es casi spr ambas, más la aleatoriedad del desarrollo, en distintos grados, y su interacción.
Este libro es controvertido, pero fascinante...
https://www.penguin.co.uk/books/438662/determined-by-sapolsky-robert/9781529920062
Leí Frankl en el cole, muy recomendado por las monjas... no me acuerdo , pero por eso me da un poco de yuyu
Besos
Di
Es una cuestión de respuesta conductual y cognitiva al problema, si en problema no tiene solución probable, lo emocionalmente decidible y que menos deteriora , es aceptar la situación.
Viajo a nuestra querida Pamplona en breve, buscando soluciones, por suerte!
A mi me parece una de las cartas más atinadas 🙌🏻 me ha fascinado ! 🤩
Te aplaudo en pie, Amaya. A ti la carta te habrá parecido dispersa, pero a mí me ha parecido brillante. La vida nos condiciona tanto que decir que todo está en nuestra mano es pueril y desmotivador. Así se nos mantiene con la cabeza gacha, tratando siempre de alcanzar un imposible. Cambiar el sistema suena demasiado bien.
Yo pienso un poco como tú. Y cómo o ejemplo: la pandemia. Seguro que muchos individuos (entre los que quiero encontrarme), supimos encontrar aprendizajes y salimos siendo mejor personas de esta terrible situación… pero no hay más que echar una mirada alrededor para darse cuenta de que mucha de aquella solidaridad y empatía, se fue con las mascarillas.
Cómo nos tomamos las cosas influye en la manera en la que vemos el mundo, y por ello, en lo que nos pasa…pero hay tantas veces en las que por mucho que queramos no tenemos ningún poder sobre lo que nos pasa, que me parece muy simplista verlo así.
Leí tu libro y es perfecto cuando estás buscando tener hijos, y cuando ya los tienes.
Leí El hombre en busca de sentido en diciembre y entiendo tu punto de vista. Y entiendo el suyo, porque desde mis fobias y estados depresivos por mi posparto, ansiedad y trastorno disfórico premenstrual, cada vez veo más claro que sólo queda la responsabilidad de aplicar la gratitud por las pequeñas cosas de la vida: como hacía él mientras cavaba en la zanja y le golpeaba el hombre de las SS, admirar el cielo y sus colores y recordar a su esposa, fascinarse con la luna llena que resplandece, sonreír al mirar a la familia que tenemos, que elegimos, que nos quiere y está con nosotros, pensar en los seres queridos. Agradecer los días que la efímera vida nos regala. Somos responsables de la actitud con la que afrontamos los problemas. Nadie puede ser feliz por nosotros. Quizá estos gurús quieren transmitir eso. Nadie, sólo nosotros mismos, podemos querernos. Y si no lo conseguimos, a terapia, claro, porque el ciclo menstrual afecta tanto que entramos en depresión semana y media de cada mes y nada de esto que he dicho nos funciona ¡Qué rollo ser mujer, a veces...!
Gracias Amaya!! Has sido muy certera y clarividente. El mundo está lleno de charlatanes y egoístas. Eres luminosa en todo lo que cuentas porque me identifico y ya no me siento tan sola
Me ha encantado, me siento tan identificada… y la última foto acerca de escribir♥️
Muchas gracias por tus “cartas”
AMO tu newsletter de hoy ❤️.
Gran artículo, Amaya. Hace falta que todo esto se recuerde de vez en cuando <3
Creo que vivimos una gran confusión entre distintos grados de ser, uno eminentemente existencial y otro más profundo. Creo que gran parte de el empeño de, voy a llamarla, "el grueso de la autoayuda" es eliminar esta frontera, que como dices tú... pues ojalá. En el plano más existencial tenemos, entre otras cosas, las condiciones materiales que nos son propias, y no siempre fáciles de cambiar. Pretender que depende de nosotres este cambio es atribuirnos una capacidad que puede volverse dolorosamente en nuestra contra, pues como ejemplificas muy bien con la historia de F. no siempre podemos gobernar este rumbo de la vida que puede llevarnos por derroteros muy crueles; y si la elección estaba en nuestra mano, el daño nos lo estaríamos infringiendo nosotras mismas. Qué discurso tan poco agraciado, en realidad. Ni siquiera creo que fuera lo que pretendiera Frankl. Pero también veo cómo desde estas esferas se remiten una y otra vez a los estoicos, malinterpretando su mensaje claro. Frankl vivió el infierno, Epicteto fue esclavo, y ninguno de los dos lanzó el mensaje de que aquel plano existencial que atravesaron fuera un camino de rosas que pudieran cambiar o sortear con sólo desearlo. El mensaje es otro: hay un plano que no controlamos y que puede llenarse de horror, pero hay otro más profundo que, cuando entramos en crisis existenciales o de sentido, puede devolvérnoslo porque no todo acaba ahí, en ese momento.
Ese plano ontológico, profundo de nuestro ser o existencia, es un espacio con el que si logramos conectar, siempre nos podrá aportar serenidad. Pues está ahí, imperturbable a los vaivenes existenciales. Se trata de un sentido que radica en la propia vida o existencia, en la conciencia de que no tenemos que tratar de controlarlo todo o responsabilizarnos de todo, como precisamente se hace desde estos ámbitos. Pues quizá no podamos cambiar nuestra situación de vulnerabilidad material, pero esta situación tampoco cambiará el hecho de que mañana volverá a salir el sol, de que los árboles seguirán creciendo verticales, de que los animales seguirán agrupándose en sus manadas, etc. Es un plano en el que estamos y en el que a veces dejamos de reconocernos, y que nos recuerda que hay algo más allá de la desidia que podemos aprehender, que podemos encarnar pero no poseer, algo con lo que podemos rompernos y reconstruirnos, con lo que podemos fluir pero no tener. No tenemos el control ni las respuestas, pero sí participamos de cierta "magia" que, paradójicamente, compartimos en unidad y desdeñamos por medio de un profundo individualismo. Y en ella reconocemos un mal existencial aunque no un mal originario, y nos da herramientas para construirnos existencialmente, en este plano en el que nos desarrollamos, con la misma materia que habita en lo profundo de nuestro ser y que nos aúna. Sin anularnos mientras nos dicen que todo depende de nuestra actitud, sino tomando consciencia de lo que sí está bajo nuestro control y lo que no.
Qué maravilla de comentario, Estela! 😍
Jo, muchas gracias, Clara. A ver si acabo la publicación que nació un poco del vacío de la anterior y que se volcó justo aquí, en este comentario n_n
Yo también soy un poco cínica,porque a veces estas personas me hablan en una zona de confort que yo no tengo y sé que existe. A veces una se cansa de estar luchando todo el tiempo y lo único que desea es que le lleve un ratito la marea. Y sola, sin gente que le diga que nade
¡Gracias, Amaya! Por fin alguien que lo dice.
Hace un tiempo tenía una relación de amor-odio con ese tipo de contenido, pensaba que era muy agorera al no terminar de creérmelo. Ahora pienso que es una industria muy rentable en la crisis de salud mental que llevamos viviendo en los últimos años: se venden libros, tazas con frases...
El punto de inflexión para dejar de hacer caso a esos "mantras" fue la depresión de un antiguo compañero de trabajo. Se encontraba mal de ánimos, sin entender el motivo. Su médico le dijo que se lo tenía que tomar con más calma y le recomendó hacer yoga, respiraciones y cosas así, sin derivarlo a la unidad de salud mental. En menos de un mes se suicidó.
Cada vez que alguien me viene con la zona de confort (como si fuera malo tenerla), la actitud y todo el pack de vendehumos, pienso en la mujer y los hijos de mi compañero, y en lo solo que se tuvo que sentir para hacer lo que hizo.
Qué reflexiones TAN acertadas. No puedo estar más de acuerdo. Y me encanta cómo las expresas.