“Por lo que respecta a la educación de los hijos, creo que no hay que enseñarles las pequeñas virtudes, sino las grandes. No el ahorro, sino la generosidad y la indiferencia hacia el dinero; no la prudencia, sino el coraje y el desprecio por el peligro; no la astucia, sino la franqueza y el amor por la verdad; no la diplomacia, sino el amor al prójimo y la abnegación; no el deseo de éxito, sino el deseo de ser y de saber." Las pequeñas virtudes, de Natalia Ginzburg
Qué bonito. Me he sentido identificada con muchas cosas. Con el sentimiento al entrar en el parque de bolas (que no echo de menos), con la reticencia a seguir al rebaño. Qué complicado remar en contra. Pero no queda más remedio.
Gracias por la recomendación. Ya lo estoy leyendo ♥️
Gracias por tu carta, la espero con ganas, y es un placer siempre descubrir nuevas miradas, reflexiones y "vueltas de tuercas" a esta realidad maquiavélica del capitalismo caníbal en que estamos entrampados. Celebro tu estoica postura con tu niña, a mí en su época me fue difícil, tanto más por lo económico que por la culpa e inmadurez con la que comencé mi tarea de maternar, ni hablar que después del divorcio, siempre venían con toda clase de "basuritas" de lo de su padre. Justo me he comprado el libro de Natalia Guinzburg, a quien hace rato quería leer, una hermosa "causalidad", y me has dado ganas de leer el de Maggie Smith, gracias por sugerirlo y compartir el poema. Seguiremos a contramano del "monstruo", reciclando y aportando granitos de arena, aunque sean chiquitas o simbólicas, para cuidar de nuestra casa grande y de todes quienes la habitamos. Abrazo grande!
Lo fácil es comprar la bolita, lo difícil y gratificante es no hacerlo y aguantar el chaparrón (la metáfora del martillo pilón es poco cuando un niño quiere conseguir algo) y más aún si el resto de niños lo tienen 😫
Gracias por la reco de este libro, tiene muy buena pinta la verdad. Me ha encantado el poema y el chiste del elefante 🥹
Se me ha quedado el corazón compungido con el poema final... Compungido para bien y para mal, al mismo tiempo, digo.
Imagino que te darán igual los aplausos distantes de desconocidos, pero te aplaudo en tus esfuerzos por inculcarle valores y conciencia a tu hija. Gracias por ser una de esas madres que lo hacen. ❤️
Gracias Amaya, espero los domingos por la mañana, para leerte junto con una infusión y el silencio matutino tan sanador para mi. Estoy cn el libro Maggie, que maravilla, y cuanta verdad, y que triste y bonito a la vez.
Qué preciosidad has escrito, Amaya, pero creo que es mucho más precioso lo que haces como madre. ¿Cómo queremos que sean capaces de decir no en la adolescencia y antepongan lo bueno a lo fácil, la conciencia al capricho, si nosotras no podemos?? Mil gracias.
Amaya, gracias por estas cartas. Siempre me gustan y las disfruto (además de tomar nota de las recomendaciones literarias), pero es que esta vez me he sentido muy identificada.
De dos peques, uno solo piensa en comprar. Quiero que veamos juntos el documental "Buy Now", porque realmente siempre tengo la impresión de comenzar este tipo de charlas desinformada. ¿Y así cómo voy a convencerle de nada? Además de que, de alguna manera, yo tengo mis propios "titos"; también hago compras basura. Así que volveremos a ver "The true cost", y añadiremos "Buy Now" a la lista, a ver si nos impacta tanto como lo hizo "Cowspiracy" en su día...
Gracias por este espacio de reflexión, Amaya. Y por tu honestidad. Un abrazo!
Es difícil, educar a los hijos sabiendo cómo está hecho el mundo, que hay niños que no tienen ni para comer y que el muñequito absurdo de turno es otro ladrillo en el muro de la contaminación, pero intentar a la vez preservar su mirada inocente llena de ilusión. Explicarles a los míos la guerra de Ucrania fue un acto de encaje de bolillos… y ahora me da miedo de que se hayan acostumbrado cada vez que rezamos en la hora de la comida por la gente de Ucrania- ah! Ucrania no es un país, es una guerra.
Cuando celebramos cumpleaños siempre pongo en las invitaciones - No traigáis regalos. Y mis hijos nunca llevan regalos a cumpleaños ajenos. Pero ya me he cansado de dar explicaciones a otros padres- y mis hijos? Pues tienen que ser los raros en alguna que otra ocasión. No pasa nada, en peores plazas hemos lidiado.
Que te tomaras tu tiempo explicando a tu hija la ley de la oferta y la demanda en un cumpleaños me parece digno del premio al padre del año.
Ana, no sé si sirve, en los cumpleaños siempre - casi siempre - regalo/ regalamos libros. Es una idea para salir del consumismo, (aunque los libros son objetos también). Otra opción es regalar experiencias, la lectura de esos cuentos, un paseo por un lugar distinto, ir al cine.
Gracias Analia. Empezamos con libros hasta que un día vi que un niño tenía de regalos el equivalente de una lista de bodas y me planté. Paso de contribuir a esta vorágine que nos consume. Mis hijos tienen de todo y más, pero como tú dices, prefiero llevarlos al cine, o a patinar sobre hielo.
Claro! Y si. Quizás, aquí en Argentina, (Mendoza) no es común que las/los niñas/os tengan su biblioteca, ni siquiera muchos regalos. Quizás eso, vivo en una sociedad empobrecida socio-económica-culturalmente y que lamentablemente parece que esta línea sigue. Ese es el contexto. Pero adhiero a salir de las lógicas del consumo, y no morir en el intento!
Qué maravilla de poema. Muchas gracias por compartirlo. Feliz año
Qué bonito. Me he sentido identificada con muchas cosas. Con el sentimiento al entrar en el parque de bolas (que no echo de menos), con la reticencia a seguir al rebaño. Qué complicado remar en contra. Pero no queda más remedio.
Gracias por la recomendación. Ya lo estoy leyendo ♥️
Gracias por tu carta, la espero con ganas, y es un placer siempre descubrir nuevas miradas, reflexiones y "vueltas de tuercas" a esta realidad maquiavélica del capitalismo caníbal en que estamos entrampados. Celebro tu estoica postura con tu niña, a mí en su época me fue difícil, tanto más por lo económico que por la culpa e inmadurez con la que comencé mi tarea de maternar, ni hablar que después del divorcio, siempre venían con toda clase de "basuritas" de lo de su padre. Justo me he comprado el libro de Natalia Guinzburg, a quien hace rato quería leer, una hermosa "causalidad", y me has dado ganas de leer el de Maggie Smith, gracias por sugerirlo y compartir el poema. Seguiremos a contramano del "monstruo", reciclando y aportando granitos de arena, aunque sean chiquitas o simbólicas, para cuidar de nuestra casa grande y de todes quienes la habitamos. Abrazo grande!
Lo fácil es comprar la bolita, lo difícil y gratificante es no hacerlo y aguantar el chaparrón (la metáfora del martillo pilón es poco cuando un niño quiere conseguir algo) y más aún si el resto de niños lo tienen 😫
Gracias por la reco de este libro, tiene muy buena pinta la verdad. Me ha encantado el poema y el chiste del elefante 🥹
Gracias, por sobrecogerme y recogerme. Maravilla de carta. Libro apuntado.
Qué maravilla de newsletter y de libro el de Maggie Smith!
Se me ha quedado el corazón compungido con el poema final... Compungido para bien y para mal, al mismo tiempo, digo.
Imagino que te darán igual los aplausos distantes de desconocidos, pero te aplaudo en tus esfuerzos por inculcarle valores y conciencia a tu hija. Gracias por ser una de esas madres que lo hacen. ❤️
Gracias Amaya, espero los domingos por la mañana, para leerte junto con una infusión y el silencio matutino tan sanador para mi. Estoy cn el libro Maggie, que maravilla, y cuanta verdad, y que triste y bonito a la vez.
Qué preciosidad has escrito, Amaya, pero creo que es mucho más precioso lo que haces como madre. ¿Cómo queremos que sean capaces de decir no en la adolescencia y antepongan lo bueno a lo fácil, la conciencia al capricho, si nosotras no podemos?? Mil gracias.
Como madre....me he visto en el parque de bolas, en las reflexiones que haces y , en el descubrimiento del libro, te doy las gracias
Me ha encantado!
Precioso 💓
Maravilla ..♥️
Amaya, gracias por estas cartas. Siempre me gustan y las disfruto (además de tomar nota de las recomendaciones literarias), pero es que esta vez me he sentido muy identificada.
De dos peques, uno solo piensa en comprar. Quiero que veamos juntos el documental "Buy Now", porque realmente siempre tengo la impresión de comenzar este tipo de charlas desinformada. ¿Y así cómo voy a convencerle de nada? Además de que, de alguna manera, yo tengo mis propios "titos"; también hago compras basura. Así que volveremos a ver "The true cost", y añadiremos "Buy Now" a la lista, a ver si nos impacta tanto como lo hizo "Cowspiracy" en su día...
Gracias por este espacio de reflexión, Amaya. Y por tu honestidad. Un abrazo!
Es difícil, educar a los hijos sabiendo cómo está hecho el mundo, que hay niños que no tienen ni para comer y que el muñequito absurdo de turno es otro ladrillo en el muro de la contaminación, pero intentar a la vez preservar su mirada inocente llena de ilusión. Explicarles a los míos la guerra de Ucrania fue un acto de encaje de bolillos… y ahora me da miedo de que se hayan acostumbrado cada vez que rezamos en la hora de la comida por la gente de Ucrania- ah! Ucrania no es un país, es una guerra.
Cuando celebramos cumpleaños siempre pongo en las invitaciones - No traigáis regalos. Y mis hijos nunca llevan regalos a cumpleaños ajenos. Pero ya me he cansado de dar explicaciones a otros padres- y mis hijos? Pues tienen que ser los raros en alguna que otra ocasión. No pasa nada, en peores plazas hemos lidiado.
Que te tomaras tu tiempo explicando a tu hija la ley de la oferta y la demanda en un cumpleaños me parece digno del premio al padre del año.
Ana, no sé si sirve, en los cumpleaños siempre - casi siempre - regalo/ regalamos libros. Es una idea para salir del consumismo, (aunque los libros son objetos también). Otra opción es regalar experiencias, la lectura de esos cuentos, un paseo por un lugar distinto, ir al cine.
Gracias Analia. Empezamos con libros hasta que un día vi que un niño tenía de regalos el equivalente de una lista de bodas y me planté. Paso de contribuir a esta vorágine que nos consume. Mis hijos tienen de todo y más, pero como tú dices, prefiero llevarlos al cine, o a patinar sobre hielo.
Claro! Y si. Quizás, aquí en Argentina, (Mendoza) no es común que las/los niñas/os tengan su biblioteca, ni siquiera muchos regalos. Quizás eso, vivo en una sociedad empobrecida socio-económica-culturalmente y que lamentablemente parece que esta línea sigue. Ese es el contexto. Pero adhiero a salir de las lógicas del consumo, y no morir en el intento!
Se me olvidaba- los dos poemas- qué maravilla.