Me ha encantado. Aunque nunca serán como el mar, el azul, el agua quieta atraen. A mí me flipan porque me dan paz y nadar me produce la misma sensación. Salgo en calma
El asunto con "aspiracional" es que tiene la connotación negativa de "quiero-y-no-puedo" (que es lo peor). Lo que quieren decir quienes usan "aspiracional" es "gente de clase media que pretender vivir como gente rica, pero de guarripé". Yo creo que aspiracional es bueno (es "no me conformo con lo que me ofrezcen y quiero más"), pero odio a "quiero-y-no-puedo" (quiero más de lo que tengo, pero mientras tanto, intento que parezca que ya lo tengo).
Y lo malo es que me he ido a vivir a un barrio (y portal) lleno de quiero-y-no-puedo, quel horreur.
Las piscinas molan, claro que sí, sobre todo si eres un niño sin amigos que lée mucho, en la pisci del barrio.
Last: yo también he oído hablar de esa piscina en esa azotea de esa torre :-D
Fuimos a la feria inmobiliaria una vez, en IFEMA, y había un photocall donde nos daban unas llaves enormes con el hagstag: #encuentraunapiscinayrefrescaturutina. Cuando compramos el piso en Madrid, era imprescindible que tuviera piscina. Madrid con piscina es felicidad. El día que bajamos a la piscina, sólo poner el bikini y las chanclas ya cambia el día, parece que hemos recorrido tres horas en avión para llegar a esa tumbona que está a un minuto de casa. Al contrario que la mayoría de personas, no queremos salir de Madrid en julio porque somos felices con la piscina. Y con niño, más. Hacer tribu en la piscina cada tarde. Jugar, merendar. Charlar. La vida en una urbanización es bonita, es feliz. Sí, lo decía Marta García Aller en su podcast sobre la pobreza en España, que cada vez vivimos en más burbujas, entramos y salimos de urbanizaciones en coche y no "chocamos" con otros barrios, con otra gente. Puede ser verdad. Pero para mí la urba y mi piscina son tesoros que agradezco cada día.
A mí no me gustan las piscinas, me parecen un triste sucedáneo del mar, PERO, también adoro nadar y aunque soy de costa, aprendí en una al lado de la plaza de toros de las Ventas, a los 31. Sí, todo muy raro, lo sé 😂 Creo que es de las mejores anécdotas de mi vida. Creo que le tengo manía a las piscinas porque siempre me han hecho sentir mal con mi cuerpo hasta adulta, cuando he conocido el disfrute de desplazarme en ellas mientras pongo el cerebro en encefalograma plano. Cómo si fuera el traje de un superhéroe, en bañador de natación me siento cómoda, me da igual si a alguien no le gustan mis lorzas. Curioso. Contradictorio, lo sé.
En mi casa tengo enmarcada una foto de Stephen Shore donde aparece su mujer, de espaldas, en una hermosa piscina que llena de azul la foto. Creo que no te hará tan feliz como la tuya propia, pero puede gustarte.
Gracias Amaya. Me he sentido muy identificada con tu yo niña ansiando piscinas. Con esa fascinación que despiertan.
Las piscinas son siempre sinónimo de disfrute, de fiesta, con ese olor a cloro cuando son cerradas y a aceite de coco cuando son aire libre.
En mi caso, cuando era pequeña un compañero de clase vivía en uno de esos bloques con piscina. Recuerdo haberme bañado en ella, yo sola (no sé por qué no recuerdo a nadie más en ella) en una tarde gris. Desde hace unos años vivo en ese mismo bloque.
Recuerdo con gran cariño la piscina de 6x12 ¡No era pequeña! que hizo mi yayo en el chalet que compró con mucho esfuerzo y trabajo para que sus hijos,nietos y demás amigos disfrutaremos los veranos sofocantes de Zaragoza. No creo que se llegará a bañar una sola vez. Pero si lo recuerdo sentado con su camisa medio abierta y su sombrero de paja vigilando que no ocurriera nada. ¡Están los chicos en la piscina! Cómo voz de alarma.
Fue la primera piscina de la urbanización y casi casi llegó a ser una piscina pública.
No soy muy fan de nadar, cuando era pequeña fui a natación muchos años pero ahora me siento un pato mareado y torpe, eso sí me encanta meter los pies en las piscinas, sentarme en el borde y ver a esa gente que nada que parecen peces o sirenas. Me ha encantado leerte y voy a buscar ese perfume porque me ha creado intriga. Gracias
Me ha encantado. Aunque nunca serán como el mar, el azul, el agua quieta atraen. A mí me flipan porque me dan paz y nadar me produce la misma sensación. Salgo en calma
Hola, Amaya (y compañía):
El asunto con "aspiracional" es que tiene la connotación negativa de "quiero-y-no-puedo" (que es lo peor). Lo que quieren decir quienes usan "aspiracional" es "gente de clase media que pretender vivir como gente rica, pero de guarripé". Yo creo que aspiracional es bueno (es "no me conformo con lo que me ofrezcen y quiero más"), pero odio a "quiero-y-no-puedo" (quiero más de lo que tengo, pero mientras tanto, intento que parezca que ya lo tengo).
Y lo malo es que me he ido a vivir a un barrio (y portal) lleno de quiero-y-no-puedo, quel horreur.
Las piscinas molan, claro que sí, sobre todo si eres un niño sin amigos que lée mucho, en la pisci del barrio.
Last: yo también he oído hablar de esa piscina en esa azotea de esa torre :-D
Fuimos a la feria inmobiliaria una vez, en IFEMA, y había un photocall donde nos daban unas llaves enormes con el hagstag: #encuentraunapiscinayrefrescaturutina. Cuando compramos el piso en Madrid, era imprescindible que tuviera piscina. Madrid con piscina es felicidad. El día que bajamos a la piscina, sólo poner el bikini y las chanclas ya cambia el día, parece que hemos recorrido tres horas en avión para llegar a esa tumbona que está a un minuto de casa. Al contrario que la mayoría de personas, no queremos salir de Madrid en julio porque somos felices con la piscina. Y con niño, más. Hacer tribu en la piscina cada tarde. Jugar, merendar. Charlar. La vida en una urbanización es bonita, es feliz. Sí, lo decía Marta García Aller en su podcast sobre la pobreza en España, que cada vez vivimos en más burbujas, entramos y salimos de urbanizaciones en coche y no "chocamos" con otros barrios, con otra gente. Puede ser verdad. Pero para mí la urba y mi piscina son tesoros que agradezco cada día.
Qué gran carta, Amaya.
A mí no me gustan las piscinas, me parecen un triste sucedáneo del mar, PERO, también adoro nadar y aunque soy de costa, aprendí en una al lado de la plaza de toros de las Ventas, a los 31. Sí, todo muy raro, lo sé 😂 Creo que es de las mejores anécdotas de mi vida. Creo que le tengo manía a las piscinas porque siempre me han hecho sentir mal con mi cuerpo hasta adulta, cuando he conocido el disfrute de desplazarme en ellas mientras pongo el cerebro en encefalograma plano. Cómo si fuera el traje de un superhéroe, en bañador de natación me siento cómoda, me da igual si a alguien no le gustan mis lorzas. Curioso. Contradictorio, lo sé.
En mi casa tengo enmarcada una foto de Stephen Shore donde aparece su mujer, de espaldas, en una hermosa piscina que llena de azul la foto. Creo que no te hará tan feliz como la tuya propia, pero puede gustarte.
Un abrazo!!
Gracias Amaya. Me he sentido muy identificada con tu yo niña ansiando piscinas. Con esa fascinación que despiertan.
Las piscinas son siempre sinónimo de disfrute, de fiesta, con ese olor a cloro cuando son cerradas y a aceite de coco cuando son aire libre.
En mi caso, cuando era pequeña un compañero de clase vivía en uno de esos bloques con piscina. Recuerdo haberme bañado en ella, yo sola (no sé por qué no recuerdo a nadie más en ella) en una tarde gris. Desde hace unos años vivo en ese mismo bloque.
Gracias por tus letras.
No se nadar, ya que me crie en el campo en la montaña donde solo había un mini riachuelo…solo me meto a la piscina para refrescarme…
Estoy en proceso de aprendizaje.
Recuerdo con gran cariño la piscina de 6x12 ¡No era pequeña! que hizo mi yayo en el chalet que compró con mucho esfuerzo y trabajo para que sus hijos,nietos y demás amigos disfrutaremos los veranos sofocantes de Zaragoza. No creo que se llegará a bañar una sola vez. Pero si lo recuerdo sentado con su camisa medio abierta y su sombrero de paja vigilando que no ocurriera nada. ¡Están los chicos en la piscina! Cómo voz de alarma.
Fue la primera piscina de la urbanización y casi casi llegó a ser una piscina pública.
No soy muy fan de nadar, cuando era pequeña fui a natación muchos años pero ahora me siento un pato mareado y torpe, eso sí me encanta meter los pies en las piscinas, sentarme en el borde y ver a esa gente que nada que parecen peces o sirenas. Me ha encantado leerte y voy a buscar ese perfume porque me ha creado intriga. Gracias
Me ha encantado leerte. Me han venido a mi memoria las piscinas de mi infancia. Qué recuerdos tan bonitos.
Hola Amaya, qué reconfortante empezar el domingo leyéndote.
Me encantaría poder escuchar el podcast que mencionas. ¿Recuerdas su título?
Mi sueño es una casa con bungavillas para recibir y para volver, que sea refugio y escape.
Feliz domingo,
Ana