¡Cuánto te entiendo! Soy incapaz de escribir sin filtrar para que quienes me lean no lo sepan todo. Dejo mucho entre líneas. Sobre el pensar en hacer cosas y no lograrlo: perdónate. Está bien darnos cuenta, ya nos haremos cargo. Abrazo
Me resuena mucho todo lo que dices. En su momento decidí no seguir malgastando mi tiempo, mis pasiones, mi propósito de vida...mi dinero en controlar la forma de mi cuerpo. También di un vuelco a mi vida y me mudé a Las Palmas, por salud, por el clima y el mar. He tenido que trabajar mucho en ese ruido mental que me impedía disfrutar de los privilegios que tengo, entre otras cosas mi obsesión por el cuerpo. Las cosas materiales no te dan la felicidad, pero si bajamos el volumen de nuestras autoexigencias sí que contribuyen a ella. Esa casa en el mar será tuya!.Gracias por ser tan auténtica.
Cómo te entiendo. No leo mi correo corporativo fuera del trabajo, ni tengo teléfono de empresa. Aun así, en mi tiempo libre puedo pasarme horas pensando en esos personajes secundarios. Mientras tanto, ellos estarán haciendo su vida en casa, tranquilos y "felices". Entre comillas, porque sé que a algunos de ellos les drena la felicidad ese trabajo que no pueden dejar: ya están pagando unos cuantos créditos para aparentar en redes que su vida es perfecta...
La casa de la playa fue el sueño de mi vida que conseguí pasados los 50 y lo disfruto. Solo el hecho de no tener que pensar qué hacer este verano y buscar alquiler ya me alegra la vida. ¿Dónde vas este verano? A mi casa. Lo demás me sobra. Es el único lujo que tengo.
Me lo he pasado genial leyéndote, das en el clavo me siento igual, pero verlo desde tu enfoque me ha hecho sonreir! 💜
Gracias Nena por compartir 💞 me encanta recibir @ es un ratito hermoso de lectura 📖 me aporta relax después de la jornada tan larga en laboral💋
Gracias por tus cartas, por el enorme regalo de verlas en mi bandeja de entrada.
¡Cuánto te entiendo! Soy incapaz de escribir sin filtrar para que quienes me lean no lo sepan todo. Dejo mucho entre líneas. Sobre el pensar en hacer cosas y no lograrlo: perdónate. Está bien darnos cuenta, ya nos haremos cargo. Abrazo
Me resuena mucho todo lo que dices. En su momento decidí no seguir malgastando mi tiempo, mis pasiones, mi propósito de vida...mi dinero en controlar la forma de mi cuerpo. También di un vuelco a mi vida y me mudé a Las Palmas, por salud, por el clima y el mar. He tenido que trabajar mucho en ese ruido mental que me impedía disfrutar de los privilegios que tengo, entre otras cosas mi obsesión por el cuerpo. Las cosas materiales no te dan la felicidad, pero si bajamos el volumen de nuestras autoexigencias sí que contribuyen a ella. Esa casa en el mar será tuya!.Gracias por ser tan auténtica.
Cómo te entiendo. No leo mi correo corporativo fuera del trabajo, ni tengo teléfono de empresa. Aun así, en mi tiempo libre puedo pasarme horas pensando en esos personajes secundarios. Mientras tanto, ellos estarán haciendo su vida en casa, tranquilos y "felices". Entre comillas, porque sé que a algunos de ellos les drena la felicidad ese trabajo que no pueden dejar: ya están pagando unos cuantos créditos para aparentar en redes que su vida es perfecta...
Viva el club voluntario!!!
Estaremos en tu casa de la playa cuando abras un vino… prepares la bolsa de la playa….leas tranquilamente un libro en verano…
La casa de la playa fue el sueño de mi vida que conseguí pasados los 50 y lo disfruto. Solo el hecho de no tener que pensar qué hacer este verano y buscar alquiler ya me alegra la vida. ¿Dónde vas este verano? A mi casa. Lo demás me sobra. Es el único lujo que tengo.
Me fascina leerte. Me has recordado al poema de Whitman:
«¿Que me contradigo?
Sí, me contradigo. ¿Y qué?
Yo soy inmenso y contengo multitudes».
Una más en tu club voluntario :)